El sector energético mexicano ha experimentado cambios significativos en los últimos años, lo que ha llevado a la creación de nuevos actores dentro del mismo sector. Uno de estos actores son los Productores Independientes de Energía (PIE), quienes han ganado importancia en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de México.
Los antecedentes del sector eléctrico se remontan a la década de 1980, cuando México enfrentaba una crisis económica y energética. En ese momento, la industria eléctrica del país estaba controlada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Una empresa del estado que tenía el monopolio de la industria eléctrica ya que esta estaba a cargo de la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica.
Sin embargo, a finales de los años 80, la CFE estaba enfrentando dificultades financieras y operativas, lo que afectaba la calidad del servicio y la capacidad de inversión en nuevas infraestructuras. Como lo menciona el centro de estudios de finanzas públicas[1]: “Después de la crisis económica de diciembre de 1994, la disponibilidad de recursos financieros para la inversión productiva en México era prácticamente nula, dadas las grandes necesidades de inversión en materia energética fue necesario desarrollar nuevos esquemas de financiamiento que permitieran a CFE contar con los flujos suficientes para generar la infraestructura necesaria para la generación de energía eléctrica […]” Además, la demanda de energía eléctrica en México estaba creciendo a un ritmo acelerado y se requerían nuevas inversiones para satisfacerla.
Ante esta situación, el gobierno mexicano decidió abrir el sector eléctrico, con ciertas restricciones, a la iniciativa privada en 1992 con la creación de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE). Esta ley permitía que empresas privadas participaran mediante proyectos como los PIDIREGAS, siglas de Proyecto de Inversión de Infraestructura Productiva con Registro Diferido en el Gasto Público en la generación, distribución y transmisión de energía, lo que abriría el camino de los PIE.
Existen dos categorías de PIDIREGAS[2]. “La primera, denominada de inversión directa, que incluye aquellos proyectos en los que, por la naturaleza de los contratos, las entidades públicas asumen una obligación directa y firme de adquirir los activos productivos construidos por empresas privadas e Inversión Condicionada: La segunda, denominada de inversión condicionada, incluye proyectos en los que los activos son propiedad privada y que en caso de alguna eventualidad contemplada en los contratos; la entidad tiene la facultad de adquirir, o no, el bien. Este es el caso de varias plantas de CFE.”
¿Qué es un PIE?
Un PIE es una empresa que produce energía eléctrica de manera autónoma e independiente, a través de la construcción y operación de plantas de generación de energía eléctrica, las cuales pueden ser de diferentes tipos: hidroeléctricas, eólicas, solares, térmicas, entre otras.
De la gráfica podemos apreciar que, aunque la generación propiedad de CFE siguió aumentando a partir de 2000, el crecimiento se debió principalmente a los PIE, con un incremento superior a los 10,000 MW.
La gráfica, a continuación, muestra la evolución de la capacidad de generación de electricidad tanto de CFE como de los PIE, a lo largo de 80 años.
La operación de los PIE es regida por contratos bilaterales celebrados entre la CFE y empresas privadas, los cuales especifican que operarán como generadores exclusivos para la CFE.
Con el comienzo del MEM en 2016 y la separación estricta de la CFE, los PIE fueron administrados bajo la Empresa Productora Subsidiaria V (EPS V) ante el MEM. Con base en lo anterior, los PIE se consideran actores en la generación de energía eléctrica pero no se consideran Participantes del Mercado (PM).
La EPS V administra la energía producida por los PIE ante el MEM, pudiendo celebrar contratos de cobertura eléctrica con otros PM o bien liquidándola al precio spot. Sin embargo, está obligada a pagar la contraprestación de los Contratos Externos Legados (CEL) celebrados entre la CFE y los PIE independientemente de las condiciones comerciales del MEM.
Al término de 2022[3], los PIE contaban con una capacidad instalada de 15,898 MW, representando el 19.2% de la capacidad Instalada en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). En términos de tipo de tecnología, los PIE representaban el 45.43% con 15,285 MW y, por otra parte, el 8.79% con 613 MW de la capacidad instalada de tecnologías ciclo combinado y eólica, respectivamente.
Como se muestra en la gráfica siguiente, la capacidad instalada total del SEN era de 81,153 MW. de las cuales las centrales de ciclo combinado representaban 33,640 MW y eólicas 6,977 MW en el Sistema Interconectado Nacional.
En la siguiente gráfica podemos diferenciar los costos de contratos legados por tipo de tecnología, donde encontramos que el costo unitario por parte de las centrales de Ciclo Combinado por parte de la CFE y los PIE es de $1,931 pesos/MWh y $992 pesos/MWh respectivamente y en el caso de las centrales eólicas es de $1,099 pesos/MWh y $1,486 pesos/MWh.
En conclusión, encontramos que la principal responsabilidad de los PIE como actores del sector energético es generar energía eléctrica para la CFE, la cual podrá participar en el MEM bajo la identidad de la EPS V. Esta energía podrá ser comercializada directamente en el MEM o por medio de contratos bilaterales con suministradores.
Así como los PIE están obligados a generar energía para la CFE, esta está obligada a pagarle a los PIE las tarifas acordadas bajo los contratos bilaterales entre ellos, sin importar la interacción de la CFE en el MEM y/o sus participantes.
[1] Pidiregas un estudio general, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (2007), Palacio Legislativo de San Lázaro Ciudad de México, México.
[2] Pidiregas un estudio general, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (2007), Palacio Legislativo de San Lázaro Ciudad de México, México.
[3] Programa de desarrollo del sistema eléctrico nacional 2022-2036, SENER (2022), México.
Analista Jr. para Admonitor, Ingeniero Eléctrico por el IPN.